En el contexto de la sostenibilidad y eficiencia en los sistemas productivos, el pastoreo regenerativo emerge como una práctica fundamental. Abordaremos aquí las cuatro leyes fundamentales que guían este enfoque, centrándonos en su relevancia para asegurar la salud de los pastizales, la productividad ganadera y la conservación del suelo.

En particular, exploraremos cómo la aplicación de estas leyes, desde la carga animal hasta el período de descanso adecuado, puede transformar no solo la productividad de las fincas ganaderas, sino también su capacidad para regenerar y mantener ecosistemas saludables a largo plazo.

Las 4 leyes del pastoreo:

  • Alta carga animal: la alta carga animal es importante para garantizar una alta productividad y un pastoreo eficiente a través del pisoteo y la fertilización orgánica que producen las mismas vacas.

  • Pastoreo profundo: es importante lograr que el ganado coma profundo, esto elimina el encamamiento y por ende permite la entrada del sol hasta el suelo que favorece el control de plagas de insectos como prosapia, chollaria y otros.

  • Cortos períodos de ocupación: el objetivo de esta regla es evitar que las vacas consuman los rebrotes que tienden a salir al día 3 a 5 después del pastoreo. En este caso la finca cumple bien porque estaríamos haciendo pastoreo de mediodía.

  • Suficientes días de descanso: esta es tal vez la regla que menos se respeta en nuestros sistemas ganaderos, hemos optado por una rotación fija durante todo el año y durante décadas y esto afecta el buen desempeño de las pasturas. Los expertos en pastoreo indican que es más importante respetar un tiempo de descanso adecuado que utilizar altas cargas animales, es decir, los repastos soportan alta carga animal, pero requieren tiempo suficiente de descanso.

La adopción de las leyes del pastoreo regenerativo presenta una oportunidad invaluable para la gestión ganadera sostenible. Al priorizar una alta carga animal, un pastoreo profundo, períodos cortos de ocupación y suficientes días de descanso, no solo mejoramos la productividad y la calidad del pasto, sino que también promovemos la salud del suelo y la biodiversidad.

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